domingo, 5 de febrero de 2012

LA SOLEDAD DEL LECTOR DE FONDO

             Domingo, 5 de febrero de 2012: con ilusión, pero también con algo de miedo, comienzo la lectura de Lincoln, de Gore Vidal. Ilusión que es la misma que se tiene al abrir las primeras páginas de un libro que llevas años deseando leer. Miedo que es el mismo de saberse ante una obra de envergadura, por su volumen (algo más de mil páginas) y por su densidad de ideas políticas y humanas.



            Creo que todo buen lector tiene el deber de enfrentarse, a lo largo de su vida lectora, con ciertos libros, ciertas lecturas que le pongan a prueba. La tentación de terminar leyendo cómodas novelas que no requieran el más mínimo esfuerzo me produce el mismo miedo que enfrentarme a esos ochomiles que me dejan sin respiración. No obstante, siempre he preferido ver el mundo desde las alturas, a pesar de que allí, en lo más alto, a veces me siento muy solo.


3 comentarios:

  1. Muy buena reflexión Marco. Para mí, el enfrentarse cada día a un reto distinto y ver que, conforme lo vas superando, te vas sintiendo mejor es muy importante. Desgraciadamente, la vida misma te los plantea, más tarde o más temprano y estar ya preparado mentalmente es ya un logro. Cuando lo termines, nos cuentas.

    ResponderEliminar
  2. Supongo que tienes toda la razón, Yo me he leído cada libro..., pero ahora prefiero aquellos con los que conecto desde las primeras páginas.

    ResponderEliminar
  3. Yo no tengo tiempo -ni ganas- de meterme con nada profundo hoy por hoy, no obstante, admiro tus afán de saber y superarte, como dice Amparo: "ya nos contarás". Un abrazo.

    ResponderEliminar