jueves, 16 de febrero de 2012

DAVID LYNCH, VOLUMEN I: ACCIONANDO LA PALANCA DE LOS SUEÑOS.

          1976. Sobre pantalla de cine y en blanco y negro, el Hombre del Planeta acciona la palanca que nos introduce en el mundo onírico de David Lynch.

           




               2006. Sobre pantalla de cine y en color, todas las actrices bailan y cantan Sinnerman de Nina Simone.

           




         En medio de semejante tempestad quedan treinta años y 1297 minutos: la filmografía de uno de los últimos genios (en tanto que narrador único y original) del Séptimo Arte. Diez largometrajes que son diez viajes sin punto de salida y sin una meta clara, salvo la de utilizar la pantalla de cine como un enorme lienzo en movimiento. Y es que a menudo se ignora (o se pasa por alto) el hecho de que David Lynch es, antes que nada, un pintor. Siempre he pensado que eso era algo fundamental para poder entender la obra cinematográfica (no hablaré aquí de sus trabajos para televisión, algunos de los cuales han alcanzado una importancia capital, como Twin Peaks) de un autor al que muchos han llamado, no sin faltarles parte de razón, el último de los surrealistas.






            De Cabeza borradora (1976) a Inland Empire (2006) hay una evolución para llegar al mismo punto de partida. Seguramente tanto su primera como su última cinta guardan más puntos en común que el resto de sus películas, demostrando así que el viaje dentro de la obra de Lynch siempre es circular o, como sucede en Dune (1984), un viaje que no necesita movimiento


4 comentarios:

  1. Me encantó "Terciopelo azul" cuando la vi, ya hace mucho. Tendré que ver las otras que mencionas. Gracias.

    ResponderEliminar
  2. Sabes de todo Marco, contigo siempre aprendemos algo. Gracias.

    ResponderEliminar
  3. Me gusta mucho leerte, porque es como si hablara con mi hijo, con todos mis respetos hacia los dos. Muchos de tus gustos y de los suyos (como David Lynch)son iguales, también la forma en que has descrito a este director, uno de sus preferidos. Cuando hablas de música, de literatura...también ocurre lo mismo. Aunque él ha aprendido de mí, yo también aprendo de él y de tí, por supuesto, (me ayudas a recordar). Fíjate que estoy hablando de tres generaciones. El tiene 27, tú..? y yo, que tengo 54.
    La vida...es caprichosa.

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias por vuestros comentarios.
    Malén: Terciopelo Azul es el perfecto resumen de la obra de David Lynch. Además guarda un equilibro entre su cine más abstracto (Cabeza Borradora, Inland Empire) y su cine más narrativo clásico (El hombre elefante, The Straight Story).
    Yolanda: No sé de todo, ojalá, pero sí me gusta hablar de todo y aprender de todo y de todos.
    Amparo: Tengo 34 años, así que tu hijo y yo casi hemos crecido con las mismas infuencias. Si le gusta Lynch tiene buen olfato, desde luego. ¿No escribe? Yo también he aprendido mucho, de mi padre (sobre todo cine clásico, y mucha literatura, algo de ajedrez y mucho de política) y de mis hermanos mayores. Y de todos vosotros, por supuesto.

    ResponderEliminar