martes, 1 de febrero de 2011

ALGUNAS LECTURAS DEL 2010.

Siguiendo la máxima borgiana que reza “que otros se jacten de lo que han escrito que yo lo haré de lo que he leído” este año 2010 que ya se nos fue para siempre he leído mucho (quizás demasiado) y he escrito poco. Espero equilibrar un poco la balanza en este 2011, reposando un poco más los libros e invocando algo más a las musas. De lo que por unas cosas o por otras ha caído en mis manos ( o en mis pupilas, debería decir) durante los 365 días que precedieron al año nuevo hay de todo: clásicos, autores recientes, narrativa, poesía, autores extranjeros, españoles, ...  Trataré a continuación de recordar aquello que, sencillamente, me conmovió, me hizo pensar y me divirtió.

            Tres libros de Orhan Pamuk: Estambul, ciudad y recuerdos, es algo más que un libro sobre una ciudad; es un libro sobre el estado de ánimo de todo un pueblo invadido de melancolía. El museo de la inocencia constituye una vuelta de tuerca más en la visión de la historia de Turquía de los años 70 y 80, pero narrada desde la perspectiva de una relación de amor-obsesión entre dos jóvenes de distinta clase social. Sin embargo mis sorpresa llegó con La casa del silencio, una novela escrita cuando Pamuk aún no tenía ni la más remota oportunidad de ser un autor ganador del Nóbel. Auténtico calidoscopio escrito a la manera de Faulkner y con el mejor Pamuk que recuerdo desde Nieve o La vida nueva. Orhan Pamuk demuestra, una vez más, que es un autor imprescindible y de obligada lectura.

            De los varios ensayos que leí de Harold Bloom, el que más me impactó por su profusión de datos y por lo hipnótico de su estructura fue Genios. A pesar de sus más de mil páginas se lee con avidez y con divertimento, pues la pluma de Bloom despliega toda su sabiduría en unas páginas que recorren la vida y obra de cine genios de la literatura, desde los profetas hasta Thomas Mann o James Joyce. Por cierto que de Thomas Mann por fin me atreví con La montaña mágica, vasta novela  a la que le dediqué horas y horas de atenta lectura. Sin embargo, una vez en la cumbre, el paisaje humano que desde tan privilegiada altura se divisa es sobrecogedor. Otro ocho mil largamente acariciado y que por fin logré encumbrar fue Ulises, de James Joyce. De este libro se ha escrito tanto que cualquier cosa que se diga resulta gratuita. Está claro que James Joyce mata la novela, la asesina y hace algo nuevo. Está claro que Joyce crea un divertimento intelectual de mil páginas, imposibles de reproducir a modo de sinopsis. Está claro que sin Ulises no estaría Faulkner, ni nosotros tendríamos a nuestro Juan Benet, o a Rafael Chirbes. Sin embargo la novela más compleja que he leído en 2010 no ha sido ni La montaña mágica ni Ulises: ha sido El ruido y la furia de William Faulkner. A pesar de no ser una novela excesivamente larga, requiere una concentración máxima si no quieres desistir de leerla tras veinte páginas. De las cuatro partes que consta la novela (contada desde cuatro puntos de vista distintos y en diferentes épocas) me quedo con la primera, la más difícil pero también lo más atrevido a nivel de pura narración que he leído en mi vida: contar algo desde el punto de vista de un persona con problemas mentales graves, lo que conlleva confusión de tiempos verbales, saltos absurdos en el tiempo, repetición abusiva de expresiones, corte abrupto de frases... Faulkner demuestra que es, junto a James Joyce, el novelista más influyente (no he dicho el mejor) del pasado siglo.



            De Historia universal de la destrucción de los libros ya he hablado en este blog, de manera que simplemente reincido en mi opinión de que es uno de los mejores libros que he leído en mucho, mucho tiempo.

            Anatomía de un instante de Javier Cercas demuestra cómo se puede escribir sobre historia y hacerlo bien, sin demagogias baratas y con estilo, sin maniqueísmos y con un enfoque personal, sin politización ciega y con claridad meridiana. Un libro que demuestra, junto a la excelente Soldados de Salamina, que Cercas es uno de los autores españoles jóvenes que más alegrías nos va a dar en el futuro.

            Antonio Muñoz Molina no me defraudó con su última novela, La noche de los tiempos, un relato de amor en el difícil marco de los últimos meses de la II república, cuando todo está a punto de saltar por los aires. Novela de aliento épico y romántico, su protagonista, Ignacio Abel, representa a todos aquellos que asistieron atónitos al derrumbe del mundo y no pudieron hacer nada.

            Por fin conseguí una edición del Cántico Cósmico de Ernesto Cardenal. Aún estoy en proceso de asimilar todo lo que en este impresionante poemario nos dice el poeta. Creo, sin miedo a equivocarme, que se trata de uno de los libros de poesía más ambiciosos que he leído, ya que Cardenal pretende encerrar en sus cantigas todo el mundo, todo el universo, todo el amor y todo Dios. Es un extenso poema que ocupa más de 400 páginas y que coloca, si aún había alguna duda, a Ernesto Cardenal como uno de los poetas fundamentales de la segunda mitad del siglo XX.

            Otros libros que leí y que recomiendo son:

-          Hadji Murat, una novelita corta de Leon Tolstoi realmente emocionante.
-          Las batallas en el desierto, un relato corto de gran aliento poético de José Emilio Pacheco.
-          León de ojos verdes, un juego literario entre novela y relato lleno de agradables sorpresas. Firma el gran Manuel Vicent.
-          Un campeón desparejo, de Adolfo Bioy Casares.
-          Los de abajo, de Mariano Azuela.

Estos y otros libros llenaros parte de las horas libres del pasado año 2010. Otras lecturas aguardan en la estantería y en las librerías a que mis pupilas se posen sobre sus páginas. Esperemos que este año 2011 sea, al menos en lo literario, tan bueno como el anterior.
           

            MARCO ANTONIO TORRES

No hay comentarios:

Publicar un comentario